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Ricky

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Perspectivas... Pedro y Pablo
Miradas opuestas

Pedro y Pablo eran dueños de sus respectivas fábricas.

Durante más de veinte años, Pedro y Pablo, trabajaron duramente, cada uno en su propio emprendimiento, hasta lograr un aceptable standard de vida. Gracias a ello, pudieron sostener una vida social muy activa; enviar a sus hijos a buenos colegios privados; llegar a tener más de un auto; recorrer gran parte del país; e inclusive, cada tanto, hacer inolvidables viajes al exterior.

Pero un día, Pablo, decide innovar.

Con este objetivo, Pablo se puso a investigar cómo modernizar el sistema productivo de su empresa, y estudió nuevos métodos de comercialización. Incorporó gente joven a su staff, con ideas revolucionarias (al menos para él), que lo llevaron a recorrer novedosos caminos, mucho más productivos y rentables, y a partir de los cuales, su negocio empezó a crecer año tras año.

Sus ventas aumentaron de manera exponencial, lo que le permitió renovar su sistema de fabricación íntegramente, para producir más a menor costo, y favorecer así, una baja de precios, que lo llevó a agrandar considerablemente su cartera de clientes, hasta posicionarlo en el fabricante más importante del rubro en el mercado.

Todo esto, implicó un gran cambio en el estilo de vida de Pablo. Por un lado, una empresa tan poderosa significó mayores presiones, compromisos y responsabilidades. Por el otro, tuvo que cambiar conductas personales y familiares, a partir de empezar a frecuentar ámbitos de otro nivel social.

Ahora, sigue sosteniendo una vida social muy activa; sus hijos estudian en el exterior; todos los años cambia alguno de sus autos; y prácticamente no veranea en el país, lo hace casi siempre en el exterior, y en ocasiones, más de una vez al año.

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La fábrica de Pablo

Pedro, en cambio, siempre estuvo muy contento con su estilo de vida.

A diferencia de Pablo, Pedro, disfrutaba plenamente de su trabajo cotidiano y no tenía ninguna intención de innovar. A esa altura de su vida, y después de décadas de hacer lo mismo, no quiso ponerse a estudiar nada nuevo. Pedro alcanzó un estándar de vida que lo conformaba y en el que vivía tranquilo, sin sobresaltos, y manejando todas las variables de su trabajo sin ningún problema.

No obstante, nuevas empresas del rubro (o viejas que deciden innovar), empiezan a ganar mercado, impulsadas por novedosas políticas comerciales, de precios y productivas. Y es así como, sin importar los años de trayectoria de Pedro, ni su prestigio en el rubro, su negocio empieza a decaer, lentamente, pero de manera agónica, año tras año.

Todo esto, implicó un gran cambio en el estilo de vida de Pedro. Por un lado, tuvo que ajustar bruscamente sus gastos, y se endeudó hasta tener que hipotecar su casa. Por el otro, tuvo que cambiar conductas personales y familiares, dejando de ver, prácticamente, a sus amigos de toda la vida.

Ahora, su vida social es prácticamente nula, apenas si habla por teléfono, cada tanto, con algún amigo olvidado; sus hijos lo ayudan a sobrevivir, en medio de un fuerte cuadro depresivo que lo atormenta; mantiene como puede su viejo auto destartalado; y ya no veranea desde hace años.

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La fábrica de Pedro

¿Es justo que a Pablo le vaya tan bien? ¿Por qué?

¿Es justo que a Pedro le vaya tan mal? ¿Por qué?

¿Es justo que el sistema social en el que vivimos premie al éxito, por sobre todas las cosas? ¿Por qué?

Ricardo Somoza

( Mayo 2022)

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