Ricky
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Perspectivas... El Ser Humano
Miradas opuestas
Cuando pienso al ser humano desde lo más profundo de sus entrañas, me parece un ser increíble, majestuoso, gigantesco, todo poderoso. Tan grandioso como la vida misma.
Capaz de entenderlo todo, de poderlo todo, de recorrer el firmamento entero y conquistarlo cuando quiera.
No pareciera haber obstáculos para el ser humano, porque cuando algo se interpone en su camino, tarde o temprano lo pulveriza, sin dejar rastros, ni siquiera sus cenizas.
Es el dueño absoluto del ingenio, de la inteligencia y de la fuerza que dominan al universo. Amo y señor del mundo y la naturaleza, de donde obtiene todo lo que necesita para su provecho, y lo que no, lo inventa. Porque su poder es tan infinito, que no tiene límites, ni fronteras.
El pensado de Rodin
El principito en el asteroide B 612
Pero si salgo de su propio ser, si cambio la perspectiva de mi mirada, y lo pienso desde otro lugar, desde afuera de si mismo, descubro que la realidad es otra.
Si me subo a lo más alto de una montaña, en el medio de la nada; o si pego un salto al vacío y me transporto al espacio, y lo busco desde la luna o desde el asteroide B 612, me doy cuenta que el ser humano es tan ínfimo, tan insignificante, tan imperceptible, que es completamente invisible.
Que él y su mundo son tan pequeños como la nada misma.
Que dentro del cosmos infinito que nos contiene, no existe, ni existió nunca.
Que su incidencia en la naturaleza del universo, es absolutamente nula.
Y lo más sorprendente, es haberme dado cuenta, que algún día, inexorablemente, se extinguirá, sin haber dejado ningún rastro de su paso por el cosmos, sin haber dejado ninguna huella, como si nunca jamás hubiera existido.
Ricardo Somoza
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