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Ricky
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Cuento verde
Hace ocho meses que he dejado de ser un hombre común, como todos, humano por vocación, civil por derecho; ahora soy el Soldado Conscripto clase 1963, Somoza Ricardo Enrique, Fuerza Efectiva del Comando en Jefe del Ejército y que pertenezco al Salón de Actos, dependencia de la Compañía Servicios, de la Agrupación Comando y Servicios del EMGE (Estado Mayor General del Ejército) y desde mi imbancable lugar de trabajo estoy “SIRVIENDO A LA PATRIA”.
Tengo cinco condiciones de tiro, (quince tiros con FAL y ocho con pistola), dos clases de combate: una teórica y otra práctica (ambas durante el día) y soy casi especialista en fajina a gran nivel (tapado de pozos de basura y comida). Me pasé cincuenta y tres días para aprender esto en el período de instrucción, en el que disfruté además de mucho orden cerrado (saludos militares, desfile, obediencia y presentación a superiores).
Pero eso fue la instrucción y pasó; ahora sí realmente estoy haciendo cosas útiles, que realzan el espíritu y temple del Soldado, dejando en él una sensación muy especial, algo así como una SUPER-EMOCIÓN: Me lo paso lustrando bronce con Brasso, limpio pisos y paredes, vidrios y muebles, barro todos los días las escaleras de entrada, saco los soretes de las palomas que manchan las columnas del frente del edificio, alcanzo agua, cambio las bombitas, encero y lustro pisos, coloco alfombras (por las que caminan los distinguidísimos Generales de nuestro Ejército), hago tareas de dactilografía, limpio baños, soy acomodador de cine, atiendo un guardarropas, cumplo con servicios de imaginaria (con el que doy total seguridad al salón), acomodo, desacomodo, subo y bajo las sillas y sillones, corro mesas y super-mesas, recojo las órdenes del día, realizo comisiones de todo tipo, prendo estufas o ventiladores, lavo vasos, sirvo café, atiendo el teléfono y... y..... y nada más !!!
Afortunadamente estamos bajo las órdenes de un Sargento Primero que gracias a su generosidad y buena voluntad nos permite desayunar, en quince minutos, un poco de mate y un sándwich; además nos mantiene simpáticamente durante todo el día al trote; nos grita e insulta, somos seres solo obedientes; cada dos o tres nos encana disciplinadamente (a uno por ves) o nos hace hacer guardias (cosa que extrañamos pues hace mucho que, ante una actitud reprochable, en la que muestra un notable desinterés por nosotros, ni nos encana ni nos mete en la guardia). Por suerte perdí un sorteo en el que decidía mi baja y puedo seguir sirviendo a mis superiores.
Como muy bien cuando hay fiestas (como lo que sobra de lo que nos dejan los de la fiesta, los mozos, el Sargento Primero y los civiles del salón, los de intendencia, los de Plana Mayor, algunos de la Compañía Servicios, las minas de mostrador, todos los de seguridad y miles de colados mas que comen antes que nosotros), pero los días que no hay fiesta como delicadamente horrible.
La actividad física es un tema que interesa en especial al Sargento Primero: Nos entrenamos con saltos de paracaidista (no menos de cincuenta) y mucha carrera march y cuerpos a tierra. Con el Sargento Primero formamos algo así como una hermosa familia, con sus gravísimos incidentes, trágicos problemas e insoportables desencuentros, como ocurre hasta en los mejores hogares.
Hasta aquí se me ocurrió decir cosas (creo que verdades), pero me cansé y voy a dejar; acá en casa total, lamentablemente no tengo problemas, hago lo que quiero, hasta lo que no puedo... Pero total estoy en casa, y no pasa nada, porque acá no soy el Soldado Conscripto Clase 1963 Somoza Ricardo Enrique, Fuerza Efectiva del Comando en Jefe del Ejército y que pertenezco al Salón de Actos, dependencia de la Compañía Servicios de la Agrupación Comando y Servicios del EMGE (Estado Mayor General del Ejército), sino que soy un hombre común, como todos, humano por vocación, casi civil, con mas derechos que obligaciones y con un único mérito por derecho natural: ¡VIVIR!.
Ricardo E. Somoza
(Medio civil)
21/10/1983
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