Ricky
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Los uninformados mediáticos
(Uninformados, es la fusión de las palabras informados (personas que reciben noticias) y uniformados (personas que visten todas igual), y resume la idea de “personas que reciben noticias, todas igual”)
Los uninformados mediáticos, somos personas altamente informadas, como nunca ocurrió antes en la historia de la humanidad, y cuya información proviene de los medios de comunicación (televisión, radio, diario e internet). En muchos casos, nos convencemos de tal manera de la veracidad de la información recibida, que sin cuestionarla en lo más mínimo, la defendemos vehementemente, persuadidos de su autenticidad, y sólo porque se dijo en determinado medio de nuestra confianza. Alberto, mi suegro, diría -“…pero si está en Clarín… ¿no lees el diario vos?!...”-; y la verdad es que no, que ya hace muchos años que no leo el diario cotidianamente.
Muchas veces, aceptamos la información recibida por los medios, sin elaborar nuestras propias conclusiones e hipótesis, y las tomamos como verdades absolutas. En la vida vertiginosa de hoy en día, no hay demasiado tiempo para detenernos a pensar y meditar sobre lo leído, pues estamos demasiado ocupados en consumir; somos máquinas inagotables de consumo, que funcionamos incesantemente mañana, tarde y noche, en pos del consumismo. Creemos así, que estamos haciendo uso de nuestras libertades individuales, aunque en realidad, actuamos como esclavos, prisioneros del perverso sistema monetario que nos gobierna.
Es muy común que los medios de comunicación, según los intereses a los que responden, produzcan información tendenciosa. Cuando esto ocurre, si no sabemos discernir entre el convencimiento y la conveniencia (es decir entre la verdad y la mentira), quedamos atrapados por ellos, como rehenes, y defendiendo, a veces mesiánicamente, sus propios intereses particulares.
Por ello, es muy importante conocer la fuente que origina la información, pues el dueño de una bodega, si tiene la posibilidad de expresar su opinión en algún medio, difundirá las bondades del vino para la salud y ocultará sus perjuicios; un autor infiel, convertirá en víctima al protagonista infiel, y en victimario al ingenuo cornudo; un banquero astuto, explicará de manera simple y convincente, a todos sus ahorristas, porqué deben depositar los ahorros de sus vidas, en su “exitosa” entidad bancaria… y así sucesivamente, la lista sería interminable.
El legado recibido de los grandes sabios de la humanidad, a través de los siglos, sigue teniendo absoluta vigencia hoy, a pesar que el conocimiento y la información con la que contaban entonces, era absolutamente insignificante. Por eso, no es importante la cantidad de información recibida, sino la manera en que cada individuo la procesa.
Para poder agregar sabiduría al conocimiento, es necesario destinar, además del tiempo que se destina a recibir la información, un tiempo para reflexionar sobre ella, cuestionarla, y elaborar una hipótesis propia, en lugar de adoptar la teoría elaborada por el medio, de manera incondicional.
Conozco a muchos uninformados mediáticos, que pierden de vista lo importante y lo racional, y repiten como loros las metáforas mediáticas promovidas por los diarios y la televisión, que son acciones de distracción o de captación de fieles para beneficio propio, con mensajes que parecen ser verdades absolutas (y que no lo son), pero que reproducidas por multitudes, retroalimentan sin límites la difusión de lo incierto, hasta formar una falsa opinión pública. De esta manera, los uninformados, son bombardeados por los medios con falsas teorías, y son utilizados por estos en favor de sus propios intereses comerciales e ideológicos, que hacen que se confunda:
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el celo, con la inseguridad
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el amor, con la lujuria
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la duda, con el miedo
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la tolerancia, con la debilidad
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a la víctima, con el victimario
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a la velocidad en el hacer, con la calidad de lo hecho
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a la felicidad, con la riqueza.
Y provoca que tantísima gente piense que:
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los distintos, son raros
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los moderados, son tontos
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los exitosos son, ídolos y modelos de vida
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los que cambian su estilo de vida con el tiempo, es porque han madurado
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y los que conservamos nuestros ideales y pensamientos, a pesar de las circunstancias y los años, somos arcaicos y vetustos.
Para terminar con esta farsa mediática, sugiero romper con los moldes preestablecidos; repeler la uniformidad en la que nos intentan alinear los dueños del mundo; desconfiar de toda la información recibida; ser rebeldes, ¡muy rebeldes!, pero en el mejor sentido de la palabra, que no es lo mismo que ser agresivos. Y volver a las fuentes personales; al pensamiento individual y crítico; a tener dudas; a defender las diferencias y a los distintos; a aceptar errores sin temor ni vergüenza; a ponerse metas propias y luchar por ellas; y a no transitar por los caminos que nos conducen, como corderos, a un único destino posible: el matadero.
Sin lugar a dudas, desde hace mucho tiempo, el mundo está transitando por los caminos que conducen al matadero, pero tengo esperanzas, porque avizoro un incipiente cambio, pues está naciendo la generación que va a poner fin al nefasto sistema capitalista que nos condena. Percibo una juventud reaccionaria, anti-monetaria y pacífica, en la que confío y presiento que será el eje central de la salvación.
Ricardo Somoza
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