Soy un ingenuo soñador,

que transito por la vida proponiendo utopías, 

que apruebo las materias que me obliga a rendir día a día

esta sombría sociedad, con lo justo para zafar de un aplazo. 

Paso por sus clases rindiendo cada lección con auténtica disciplina,

simulando interés y vocación por lo que hago,

pero pensando continuamente en mis locas fantasías.



Se que no hay dinero que me permita alcanzar un sueño,

pero trabajo mucho mas por tener dinero que por conseguir mis sueños.

Sueño con tener un hijo y que sea como a mí me gustaría.

Sueño con escribir un libro con mi gran amigo Marcelo,

y hacerlo aunque más no sea

para leerlo él y yo una sola vez en la vida.

Sueño con conquistar el sur y atrapar en una cinta sus maravillas.

Sueño con vivir en paz y con intensa alegría.



Lo que más me gustaría

es lograr una familia como lo hicieron mis viejos,

estar rodeado de amigos,

tener una humilde casa con fondo y la infaltable parrilla;

hacer un equipo de fútbol con mis hijos y otros hijos

y dirigirlos como si fueran la Selección Argentina;

vivir toda la vida al lado de la mujer que amo,

y que me ame como la amo,

y me comprenda cuando deliro,

y que sonría aunque sin ganas con mis chistes tontos e ironías.

​

Sueño con el día del reencuentro con Mamá,

y lo imagino vibrante:

¡yo llorando sin consuelo y ella tratándome de consolar!

Creo oír a veces su voz enérgica y su explosivo estornudar 

y me pregunto: donde estás?

y es entonces que recuerdo que ya no está. 

Y confirmo con el tiempo que podrán pasar mil años,

pero nunca la voy a poder olvidar.



Sueño con prolongar eternamente el momento que hoy vivo con Papá

y perpetuar esta relación de franqueza y de lealtad.

Sueño con el tiempo en que Tomy al fin descubra

que su tío no era un genio y lo deje de idealizar.

Sueño con los sueños que no me animo a soñar

y me veo viejo y enfermo, contando historias de vida

conteniendo mucho de fantasía y muy poquito de realidad.



Me veo rodeado de nuevos seres queridos

y abandonado por muchos que se habrán ido,

y me angustia tanto soñar con los que se irán

que despierto inquieto y sin querer a volver a soñar.

Pero reincido una y otra vez mas, 

cada vez que una nueva utopía me invita a soñar.